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martes, 27 de octubre de 2015



MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


1 DE AGOSTO DE 2015



Nuestra Madre
El amor de Dios, la misericordia de mi Divino Hijo y el fuego del Paráclito han inundado esta tarde este cenáculo formado por nuestro Sagrados e Inmaculados Corazones y dirigido por ellos.
La Madre de todos los hombres bajo la advocación del Carmen, con mi Divino Hijo, chiquitín, (como de un año más o menos) en mis brazos, todos los ángeles, la inmensidad de ellos que me acompañan y vuestros familiares que están gozando eternamente en el cielo del amor de Dios, con las almas que por vuestras oraciones han sido liberadas y han purgado así sus culpas en el lugar de la purificación.
Y con el purgatorio entero y el Limbo me he hecho presente con todos ellos en esta tarde para todos orar junto a vosotras, al Padre, a mi Hijo y al Paráclito.
Hijas mías, no creer lo contrario a todo o algunas cosas puestas desde el principio de la Iglesia formada por mi Divino Hijo y alumbrada por el Espíritu Santo.
Han quitado y quieren quitar y hacer creer a las almas que no hay purgatorio, que no hay infierno y que no hay limbo porque todas las almas están salvadas. Eso no es verdad.
Por la gracia del bautismo, solamente por la gracia desaparece del hombre el pecado original. A la Gloria de Dios donde habitamos, no puede entrar ningún alma. Mira lo que os digo, ningún alma con mancha aunque la mancha fuera como un granito de arena, ni puede entrar la soberbia, ni puede entrar la negación a Dios, ni puede entrar el que no se arrepiente ante Él en la última hora de todo pecado. ¿Dónde van entonces esas almas? Que os lo digan.
Y os dirán, Dios es misericordia y amor y vosotros diréis pero también es justicia. Porque en el Evangelio está escrito, en algunos pasajes escritos por los evangelistas de la vida de mi Divino Hijo cuando estuvo en la tierra con los hombres que son los Evangelios que separaría la paja del trigo; los cabritos a un lado y los corderos en el otro.
Los cabritos son los que van al infierno; el trigo los que van al cielo. La paja a los abismos  y los corderos entran al rebaño de mi Divino Hijo, el Buen Pastor.
Hay otros pasajes más y también en todas las Escrituras porque viene a negar la palabra del Padre en el Antiguo Testamento y la palabra del Hijo en el Nuevo.
Todo el que niega la palabra del Padre y del Hijo ya están negando al mismo Dios.
El hombre, en este tiempo en que vivís de tanta oscuridad, se ha creado un Dios a su imagen y semejanza. Un Dios que tiene que hacer lo que el hombre quiera no el hombre lo que quiere Dios y eso no es verdad, la palabra del Padre, del Hijo y del Paráclito es eterna, no cambia y siempre es actual. Les guste o no.
Os dijo mi Hijo, el miércoles, que no salierais de la tradición, si os salís de la tradición estáis en peligro de la muerte eterna, porque acogéis las herejías que se están dando dentro de mi Iglesia, entre los pastores, ya sean altos cargos o menos cargos y en muchos fieles.
Perseverar en la tradición de vuestros padres que es la verdad, si conseguís y si perseveráis estar en ella, nada, nada os digo, hijas mías, os podrá confundir.
Y os aviso, está llegando el tiempo en que el rebaño se va a dispersar, no sabrá por donde tirar, si para la derecha o para la izquierda por culpa de muchos pastores por los errores y herejías que están metiendo dentro, los confundirá y también os pueden confundir a vosotras y no sabrán ya donde está la verdad.
Al final, mi Hijo conseguirá a muchos atraerlos otra vez al rebaño pero otros seguirán a los falsos pastores y no os digo profetas, no os digo portavoz, los falsos pastores son las almas consagradas a las que me estoy refiriendo que quitan y ponen lo que les conviene. Llevando a muchos a las herejías y aceptar muchos pecados haciendo creer a las almas que están salvadas y ¡ay, cuando se encuentren ante mi Divino Hijo!
Porque también a vosotras, a las almas les gusta lo fácil y en lo fácil no está Dios.
Lo fácil es abolir los matrimonios, aceptar los casamientos de hombres con hombres y mujeres con mujeres, aceptar que esos hombres y mujeres adopten hijos, el aborto, tantas y tantas aberraciones, hija mía, como se van a dar. Y que al hombre por ser el camino fácil y más viniendo de los pastores aliviarán sus conciencias y cogerán esos caminos que les llevarán al fuego eterno, porque el hombre sabe muy bien donde está el bien y donde está el mal.
El fuego de los pastores será mayor que el fuego de los fieles, pero arderán todos en el infierno.
Pedir mucho por las almas consagradas. Pedir mucho por la conversión de los pecadores. Pedir por vosotras para que no caigáis en las herejías y en los errores, para que no os confundan, aunque ya os he dicho que si no salís de la tradición, aunque os llamen lo que os llamen y si seguís el camino estrecho, estrecho en las pisadas ensangrentadas de mi Divino Hijo nada ni nadie os confundirán. Orar aunque solamente sea el rosario para que no caigáis en estas grandes tentaciones porque todo el mal, como un gran tornado o tsunami, como vosotras lo queráis decir, se está precipitando sobre esta tierra, sobre el hombre que Lucifer ha cogido y los tiene bien amarrados y ya no saben distinguir la verdad pero porque ellos se han dejado seducir por él, por lo fácil, hijas mías.    



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