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miércoles, 28 de octubre de 2015

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


18 DE AGOSTO DE 2015




Jesús
Vuestro Jesús ha bajado de la cruz y puesto en el regazo de mi Madre santísima y vuestra, se ha hecho presente en éste cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
¡Qué dolor inmenso y atroz el que mi Madre muestra al verme desgarrado, todo destrozado, ensangrentado, mis carnes desgarradas, mi santa faz desfigurada, mi frente y mi cabeza toda perforada por las afiladas espinas, rudas y duras que atravesaron mi cabeza y frente, mis manos y pies agujereados!
En esos momentos el Padre la dio una fuerza muy especial para no caer ella derrumbada en el suelo y poderme sostenerme a mi en sus brazos; con que amor, con que delicadeza cogió mi cuerpo, lo acunó entre sus brazos como cuando era niño, me besaba, me acariciaba con cuidado y con mimo, mi cuerpo quedó limpio con los besos los abrazos y caricias de mi madre, no hubiera hecho falta pasar por el rito de la embalsamación.
La limpieza de mi cuerpo, mi madre ya lo había lavado en su infinito amor al cogerme en sus brazos con sus besos y acaricias limpio cada centímetro de mi cuerpo. Y al mismo tiempo me ofrecía al Padre constantemente y decía a las santas mujeres y a mi Juan: ¿qué han hecho, qué han hecho con la luz de mi vida y de la vida de todo hombre? Yo que os lo di lleno de luz y llena de amor vivo a los hombres y mirad cómo me lo han devuelto; muerto sin compasión porque pocos, hijas míos hijos míos, fueron los que se compadecieron de vuestro Jesús y de mi Madre Dolorosa.
El corazón de mi Madre quedó bien traspasado por las espadas del dolor y el dolor de ver como se mofaban de su Hijo, como se reían de su Hijo en la cruz, como me retaban y como al pedir el agua acercaron a mis labios la hiel y el vinagre.
Otro profundo dolor, mis labios abiertos y amoratados, la lengua toda llagada y rajada, tuve que soportar el dolor terrible de la hiel y el vinagre; el agua que pedía al decir tengo sed era el agua de las almas de mis hijos porque mi corazón ardía y arde de fe de almas para darlas de beber.
El agua viva,  a raudales que cambien sus corazones y arrepentidos se abracen a mi. Y todavía sigo sufriendo como entonces porque el hombre en estos tiempos se ha embrutecido más y más y más y no escucha mi llamada y me abofetean, me flagelan, me escupen con su indiferencia, con su maldad y me ponen en la cruz.
¡Ay, hijas mías hijos míos, el dolor de vuestro Jesús sigue igual o más que antes!, todavía el amor que os tengo y tengo a los hombres y en mi infinita misericordia os doy un pequeño tiempo para que el hombre se arrepienta y vuelva a mi; pero pronto habrá una gran devastación en el mundo y el hombre impío morirá y no habrá clemencia para el, solo para los buenos que vendrán directamente a mis brazos, quiero evitaros tantos eventos y tantos castigos que el hombre ha traído sobre él, pero el hombre sigue más embravecido en su perversidad, y los eventos que vienen serán tan horrendos como jamás se han visto en este mundo.
La bolsa está a punto de caer y grandes potencias que se sienten seguras, orgullosas de su poder caerán y sin nada quedarán, sólo hambre, peste, enfermedades, plagas, fríos como jamás se han visto al igual que como calores, serán lo que abunden en esta tierra, todo ello está a punto de cumplirse.
Orad, haced sacrificios, uniros al corazón doloroso de vuestro Jesús y vuestra Madre y mía Inmaculada para que el Padre tenga misericordia de los justos que hay en esta tierra y sean los eventos suavizados y alguno quitado.
Pronto en medio de todo esto será la tercera guerra mundial, y la sangre correrá por las calles.
Los gobiernos que gobiernan en la tierra son viles y mentirosos y todo, todo le será arrebatado, orar mucho por las almas consagradas, por los dos Papas, del que sólo quedará uno.
Orar por vuestras familias y orar por la conversión de los pobres pecadores.

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