MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
18 DE AGOSTO DE 2015
Jesús
Vuestro Jesús ha bajado de la cruz y puesto en el
regazo de mi Madre santísima y vuestra, se ha hecho presente en éste cenáculo
formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
¡Qué dolor inmenso y atroz el que mi Madre muestra al
verme desgarrado, todo destrozado, ensangrentado, mis carnes desgarradas, mi
santa faz desfigurada, mi frente y mi cabeza toda perforada por las afiladas
espinas, rudas y duras que atravesaron mi cabeza y frente, mis manos y pies
agujereados!
En esos momentos el Padre la dio una fuerza muy
especial para no caer ella derrumbada en el suelo y poderme sostenerme a mi en
sus brazos; con que amor, con que delicadeza cogió mi cuerpo, lo acunó entre
sus brazos como cuando era niño, me besaba, me acariciaba con cuidado y con
mimo, mi cuerpo quedó limpio con los besos los abrazos y caricias de mi madre,
no hubiera hecho falta pasar por el rito de la embalsamación.
La limpieza de mi cuerpo, mi madre ya lo había lavado
en su infinito amor al cogerme en sus brazos con sus besos y acaricias limpio
cada centímetro de mi cuerpo. Y al mismo tiempo me ofrecía al Padre constantemente
y decía a las santas mujeres y a mi Juan: ¿qué han hecho, qué han hecho con la
luz de mi vida y de la vida de todo hombre? Yo que os lo di lleno de luz y
llena de amor vivo a los hombres y mirad cómo me lo han devuelto; muerto sin
compasión porque pocos, hijas míos hijos míos, fueron los que se compadecieron
de vuestro Jesús y de mi Madre Dolorosa.
El corazón de mi Madre quedó bien traspasado por las
espadas del dolor y el dolor de ver como se mofaban de su Hijo, como se reían
de su Hijo en la cruz, como me retaban y como al pedir el agua acercaron a mis
labios la hiel y el vinagre.
Otro profundo dolor, mis labios abiertos y
amoratados, la lengua toda llagada y rajada, tuve que soportar el dolor
terrible de la hiel y el vinagre; el agua que pedía al decir tengo sed era el
agua de las almas de mis hijos porque mi corazón ardía y arde de fe de almas
para darlas de beber.
El agua viva,
a raudales que cambien sus corazones y arrepentidos se abracen a mi. Y
todavía sigo sufriendo como entonces porque el hombre en estos tiempos se ha
embrutecido más y más y más y no escucha mi llamada y me abofetean, me
flagelan, me escupen con su indiferencia, con su maldad y me ponen en la cruz.
¡Ay, hijas mías hijos míos, el dolor de vuestro Jesús
sigue igual o más que antes!, todavía el amor que os tengo y tengo a los
hombres y en mi infinita misericordia os doy un pequeño tiempo para que el
hombre se arrepienta y vuelva a mi; pero pronto habrá una gran devastación en
el mundo y el hombre impío morirá y no habrá clemencia para el, solo para los
buenos que vendrán directamente a mis brazos, quiero evitaros tantos eventos y
tantos castigos que el hombre ha traído sobre él, pero el hombre sigue más
embravecido en su perversidad, y los eventos que vienen serán tan horrendos
como jamás se han visto en este mundo.
La bolsa está a punto de caer y grandes potencias que
se sienten seguras, orgullosas de su poder caerán y sin nada quedarán, sólo
hambre, peste, enfermedades, plagas, fríos como jamás se han visto al igual que
como calores, serán lo que abunden en esta tierra, todo ello está a punto de
cumplirse.
Orad, haced sacrificios, uniros al corazón doloroso de vuestro Jesús y
vuestra Madre y mía Inmaculada para que el Padre tenga misericordia de los
justos que hay en esta tierra y sean los eventos suavizados y alguno quitado.
Pronto en medio de todo esto será la tercera guerra
mundial, y la sangre correrá por las calles.
Los gobiernos que gobiernan en la tierra son viles y
mentirosos y todo, todo le será arrebatado, orar mucho por las almas
consagradas, por los dos Papas, del que sólo quedará uno.
Orar por vuestras familias y orar por la conversión
de los pobres pecadores.
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