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jueves, 18 de mayo de 2017

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
 

26 ABRIL DE 2017



Jesús
Shalom, hijos míos.
El Paráclito junto con mi Madre y vuestra y vuestro Jesús nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e inmaculados Corazones.
La tierra al igual que el cielo celebra la Pascua de mi resurrección con todos los que viven en mi amor.
Pero son tantos y tantos y tantos los que viven fuera de mi amor que mis llagas vuelven a abrirse y vuelvo a sentir todos los dolores que sufrí en la Pasión.
Mis pulmones encharcados en sangre. Apenas puedo respirar.
¡Ay, que dolores, que agonía me producen estos hijos que viven fuera de mi amor y son tantos y tantos y tantos que mi Pasión se ha prolongado por los siglos!
Mi rostro derrama lágrimas de dolor por todas las almas que se pierden en los abismos, por todas las almas que me rechazan, viviendo en toda clase de pecados abominables.
Mi cuerpo es una llaga, mis pulmones apenas resisten a tanto dolor y tanto sufrimiento como me ocasionan estas almas y entre ellas una gran mayoría se llaman cristianos, cogiendo del Evangelio lo que les viene en gana e incumpliendo los mandamientos y cogiendo mi cuerpo y mi sangre, en la Eucaristía, con sus manos, en todas estas almas hay obispos, sacerdotes y seglares.
Estas almas son las que abren más mis llagas y encharcar más mis pulmones de sangre.
Hijos míos, orar por la conversión de los pobres pecadores porque en muchos y para muchos ya no hay salvación, porque están poseídos por el enemigo y son como Judas, títeres en las manos del enemigo, porque han caído en gran soberbia y el enemigo se ha apoderado de estas almas.
Vosotros crecer en amor y en santidad para atraer a mi corazón inmaculado y al Inmaculado corazón de mi Madre, muchas almas ignorantes, estas son las que se pueden salvar, confundidas y otras que no tienen conocimiento de Mí, porque ni en sus familias ni en la calle no han encontrado a nadie que les hable del amor que les tengo, hijos míos.
Estas son las almas que volverán a mi rebaño y las almas de los pecadores que no han sido cogidas todavía por el enemigo.
Estar preparados para cualquier acontecimiento que se de en la sociedad, en la naturaleza, en los gobiernos, hijos míos.
El Padre, poco a poco, va dejando caer su brazo y el mal que hay como un mar embravecido se está introduciendo en la tierra para llevarse multitud de almas al infierno.
Orar mucho por vuestros hijos y vuestras familias para que no sean cogidos por el enemigo.
Orar mucho por la conversión de los pobres pecadores y sed mi reflejo para poder atraer a mi corazón a tantas almas angustiadas, ignorantes, confundidas y a otras tantas y tantas que no me conocen, pues ellas, son las últimas ya en venir.
Por ello, el Padre va bajando su brazo con mucha lentitud, vuestra misión es traérmelas tanto por la oración como por la obra.
El Paráclito, hijos míos, será quien hable por vuestra boca. Pero tenéis que crecer en santidad y amor para esta misión pendiente que tenéis que llevar a cabo.
Ser todos uno en Mí.
Os bendigo con muchas gracias, protecciones y bendiciones que se están derramando en esta tarde sobre vosotros para esta misión que tenéis que llevar a cabo y el Espíritu Santo será quien la realice a través vuestro.
Prepararos, no digo todos, sino algunos. Los que crezcáis más en santidad y amor.
La misión es para todos, pero la tenéis que coger y tenéis que crecer en lo que Yo os he mencionado varias veces.
El poder de mi Padre y vuestro desciende sobre vosotros.

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