MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
17 ENERO DE 2017
Nuestra Madre
Hijitos míos, vuestro Jesús en Getsemaní se ha hecho
presente en medio de vosotros. Y hago una llamada a mi ejército, al ejercito de
los apóstoles de estos últimos tiempos a que seáis prudentes, pero no cobardes.
Que no os pase como los apóstoles que huyeron aterrados de miedo cuando fui
prendido en Getsemaní.
No tengáis miedo ni sintáis vergüenza de mi nombre ni
el de mi Madre, hijos míos.
Proclamar mi nombre y el de mi Madre en los
cenáculos, alto y claro.
No estar amedrentados ni con miedo que vuestro Jesús
dio la vida por cada uno de vosotros y no sentí miedo sino un amor inmenso y en
ese amor os abrecé a todos vosotros, hijos míos.
¡Basta ya de tener miedo al vecino y a los hombres
que vayan en contra mía y de mi Madre!
No será tocado un pelo de mi ejército sin el permiso
de mi Padre.
Orar por todas las calumnias, profanaciones que hacen
a vuestro Jesús y a mi Madre y vuestra. Y a nada debéis temer porque en
vuestros corazones lleváis el estandarte de amor de mi Sagrado Corazón y el
estandarte de amor del Inmaculado Corazón de mi Madre y vuestra.
Ser prudentes sí, pero no cobardes y no vayáis
escondiendo las imágenes por las calles.
No digo que no las cubráis, pero la cara de mi Madre
al igual que mi rostro no cubrirlo para que mi bendición y la de mi Madre
llegue a algunos corazones endurecidos, hijos míos.
Ser valientes y no cobardes.
El tiempo profetizado, el tiempo escrito en las Escrituras
para estos tiempos al igual que en el Apocalipsis han llegado.
Os vuelvo a repetir: Prudentes si, cobardes no.
Consolar a vuestro Jesús y a vuestra Madre en estos tiempos
de tanta traición, de tanto odio a vuestro Dios y a vuestra Madre.
De tanto desamor, con vuestro amor ponerlo por obra,
hijos míos.
Os bendigo con gracias, bendiciones y protecciones
muy, muy especiales para que llevéis a cabo esta labor y no seáis tocados al no
ser por el querer del Padre, hijos míos
Y todos los objetos quedan bendecidos con estas
gracias, protecciones y bendiciones con estas mismas gracias contra los
enemigos de Dios y los vuestros porque son los mismos, hijos míos.
El poder de Dios Padre, su amor y su misericordia
desciende sobre vosotros y los objetos religiosos con estas bendiciones.
El poder, el amor y la misericordia de Dios Hijo, que
es El que está bendiciendo, desciende sobre vosotros y los objetos religiosos
con estas bendiciones.
El poder, el amor y la misericordia del Paráclito
desciende sobre vosotros, sobre los objetos religiosos con estas bendiciones,
gracias y bendiciones
Quedad en mi paz y en mi amor.
Besa el crucifijo, hija mía
Ante él Satanás no podrá hacer nada.
Llevar todos con vosotros, hijos míos, una cruz, un
rosario o una medalla de San Benito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario